1.2.5 Investigación

La palabra investigar deriva del vocablo latino investigāre. Para la Real Academia de la Lengua Española (2001) significa: “realizar actividades intelectuales y experimentales de modo sistemático con el propósito de aumentar los conocimientos sobre una determinada materia”. Con base en esta definición, podemos decir que al hacer investigación se busca generar nuevo conocimiento, sin embargo, la investigación formal es rigurosa y debe estar fundamentada en los conocimientos ya alcanzados para la aplicación de su desarrollo.

De Ezequiel Ander-Egg (1992), otro de los clásicos de la metodología, retomamos su definición de investigación, que dice:

[Es] el procedimiento reflexivo, sistemático, controlado y crítico que tiene por finalidad descubrir o interpretar los hechos y fenómenos, relaciones y leyes de un determinado ámbito de la realidad. Es una búsqueda de hechos, un camino para conocer la realidad, un procedimiento para conocer verdades parciales. (p. 57).

De esta definición desprendemos dos conceptos que consideramos esenciales:
 
1. Es un procedimiento sistemático, con esto, se enfatiza la necesidad de un cierto rigor, con la característica que le da la continuidad.

2. Es un procedimiento controlado, porque le corresponde al propio investigador tanto establecer la metodología, como controlar su aplicación a lo largo del proceso indagatorio.
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Hacer investigación es una actividad que requiere del despliegue de todas las habilidades, conocimientos y destrezas de quien la realiza, así como también de su creatividad, del espíritu científico y de un gran sentido ético.

Básicamente se investiga por dos razones: la primera, para generar nuevo conocimiento, y con ello, nuevas teorías (investigación básica o fundamental). En este caso, generar se refiere a descubrir aquello que nadie había conocido antes. La segunda razón es para producir (investigación aplicada). Esta producción se va a hacer evidente en cuanto se genere el conocimiento, que permitirá dar una solución o explicación sobre el problema que se investiga. En estos dos propósitos está implícito lo esencial de la investigación, que es ir en busca de nuevo conocimiento.
 

Dentro de la literatura relativa a la investigación, encontramos que existen muy diversos enfoques e intentos por hacer una clasificación de sus tipos; para nuestro propósito, por ahora sólo nos referiremos a la primera gran división que se hace de ella: investigación pura e investigación aplicada. Pero, ¿qué son la investigación pura y la aplicada?, ¿cuáles son sus características? y ¿qué las diferencia? A continuación podrás conocer en qué consiste cada una de ellas.

 

 

1.2.5.1 Investigación pura

La investigación puraHaz clic para saber más, también llamada investigación básica, se caracteriza por no ser de aplicación inmediata; no se ocupa de los hechos, se nutre de la reflexión. Sin embargo, casi todas las investigaciones básicas tarde o temprano conducen a alguna aplicación valiosa a largo plazo, como por ejemplo, una ecuación o un silogismo.

Mario Burge (1999) categoriza dentro de este tipo de investigación a la lógica y a las matemáticas por ser ciencias que tienen la particularidad de demostrarse a sí mismas mediante el razonamiento, generando así conocimiento básico formal; a estas disciplinas se les conoce también como ciencias formalesHaz clic para saber más o ideales.

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1.2.5.2 Investigación aplicada

La investigación aplicadaHaz clic para saber más se basa en hechos reales (empíricos) y demostrables, esto quiere decir que se funda en la realidad, en los fenómenos observables y en la naturaleza. El objetivo de este tipo de investigación reside en la búsqueda de soluciones aplicables a los problemas del hombre y su entorno, siempre buscando satisfacer sus necesidades de una mejor manera, pero sin dañar a la naturaleza misma.

A la ciencia aplicada se le conoce también como ciencia fáctica, y es el campo de investigación en el que los problemas científicos que tienen un sentido práctico, se investigan con base en los descubrimientos de la ciencia pura (Bunge, 1999). Sin embargo, cabe aclarar que el hecho de que las ciencias aplicadas se nutran con cierta frecuencia de las ciencias puras, no las convierte en puras al retomar ciertos conocimientos para sus propios avances. Luego entonces, la ciencia aplicada sigue siendo aplicada por el hecho mismo de su facticidad.

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